El Canto de la Añoranza
Ni que sólo fuese por ver la claridad de tus ojos mirando al mar Ni que sólo fuese por sentir el roce de una presencia Ni que sólo fuese podernos decir otro adiós serenamente Ni que sólo fuese por el suave deslizar de un tiempo perdido a tu lado
Ni que sólo fuese recorrer juntos el bello jardín de tu pasado Ni que solo fuese porque sintieras como te añoro Ni que solo fuese por reírnos juntos de la muerte.
EL Cant del Enyor Ni que només fos, per veure’t la claror dels ulls mirant el mar. Ni que només fos, per sentir el frec d’una presència. Ni que només fos, poder-nos dir un altre adéu serenament. Ni que només fos, pel suau lliscar d’un temps perdut al teu costat. Ni que només fos, recórrer junts el bell jardí del teu passat. Ni que només fos, perquè sentissis com t’enyoro. Ni que només fos, per riure junts la mort. Ni que només fos, poder-nos dir un altre adéu serenament. Ni que només fos, perquè sentissis com t’enyoro. Ni que només fos, per riure junts la mort.
Hoy hace siete meses. Y seis de la entrada en este blog: Crisis? What Crisis?
En algunos de mis trainings, hace muuucho tiempo, contaba la historia de mi abuelo y de como me enseñó a vencer a la muerte. Hace muuuucho tiempo decidí dejar de contar esa historia: Me emocionaba demasiado.
Mi abuelo y Joan son dos claros ejemplos de como vencer a la muerte desde la vida. (Seguramente, algún día, dejaré escrita esa historia en este blog. Y será la última vez que la relate.)
Echar a alguien de menos no debería entristecernos: Mientras sea así, permanecerá vivo. La añoranza debe tener rebote.
Debe alegrarnos pues. Y también por el privilegio de ese tiempo, hoy perdido, de haber podido estar a su lado. De haber paseado por ese bello jardín del pasado común.
¡Un abrazo yayo! Una abraçada nen! Estéis donde estéis.
Entretanto, y mientras podemos:
Te abrazo
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