Cuando llegas a Chicago en avión, llegas al aeropuerto O’Hare. Según creo recordar, el de mayor tráfico aéreo de los EEUU. Y se llama así en honor a Edward “Butch” O’Hare que es uno de los pilotos de combate más famosos de la historia de EE.UU. Internet está lleno de versiones de sus proezas. Pero su celebridad, ganada a pulso por sus habilidades y valentía, no se debe exclusivamente a ellas.
He estado un rato como hipnotizado en una página web. Viendo correr un montón de números. Está dirigida por un equipo internacional de desarrolladores, investigadores y voluntarios con el objetivo de que las estadísticas mundiales estén disponibles, en tiempo real, en un formato adecuado para la reflexión y la educación. Cuenta con una amplia audiencia en todo el mundo. No tienen ninguna afiliación política, gubernamental o corporativa. Se llama Worldometers.
Los contadores que se muestran se basan en el algoritmo de Worldometers que procesa los datos estadísticos más recientes y más precisos disponibles. Cuenta con una progresión estimada para calcular el número actual en milisegundos. El tiempo se fija a partir del horario del ordenador que visita la página. Las fuentes han sido cuidadosamente seleccionadas para incluir sólo los datos publicados por las más prestigiosas organizaciones y oficinas de estadística en el mundo.
Hoy nacerán en el mundo alrededor de 490.000 bebés.
Cada uno de ellos será único. Y cada uno de ellos será un eslabón de la gran cadena humana. Y en el momento en que se corte el cordón umbilical… …se convertirán en individuos con sus propias esperanzas, sueños y deseos.
Si visitas Chicago, hay varias referencias obligadas ahí. Una de las más populares (y, como no, que genera innumerable merchandising) es que, en los años 30 del siglo XX, fue coto del quizá más famoso gánster de todos los tiempos: Al Capone.
Ficha policial de Al Capone
Es muy sabido, que a Al Capone no se le pilló por sus fechorías y asesinatos, a pesar del estrecho cerco que durante muchos años se cernió sobre él, sino que fue por defraudar al fisco. Para ello, el intocable Elliot Ness, contó con la imprescindible colaboración del contable jefe: Jack Gusik, apodado “Pulgar sucio” que contaba con numerosos administradores y abogados. Pese a las triquiñuelas de los abogados de Al Capone y a un intento de intimidación del jurado, el juez James H.Wilkerson halló culpable a Al Capone de fraude fiscal en los años 1925, 1926, 1927 y de omisión de declaración en 1928 y 1929.
Lo que ya no es tan conocido fueron los motivos con los que el Sr. Ness convenció a “Pulgar Sucio” para que le delatara. El contable sabía que, a pesar de la protección federal, acabaría abatido a tiros por los hombres de Capone. En cualquier momento. Como así fue.
Cuentan, que Elliot Ness en un momento de uno de los interrogatorios, se apiadó de “Pulgar Sucio”. Le dijo que le entendía. Que con la fortuna que había amasado llevándole los trapos sucios a Capone, tenía su vida resuelta y la de sus hijos: Marilyn, Patricia y Edward, a los que no veía desde que se separó de su mujer, Selma, y se trasladó a Chicago.
Y cuentan, que fue en ese momento cuando le dijo que sí, que tendrían su futuro económico resuelto, pero que nunca llevarían con orgullo su apellido. Que nunca se sentirían orgullosos de él. A pesar de que, el conocido Jack Gusik, apodado “Pulgar sucio”, se llamaba realmente Edward J O’Hare: Padre del héroe de guerra Edward “Butch” O’Hare.
Edward “Butch” O’Hare, fue honrado de muchas maneras: En 1945, un destructor de la Armada de los fue EE.UU. bautizado con su nombre. Y lo más conocido es que el 19 de septiembre de 1949 el aeropuerto de Chicago O’Hare fue nombrado Internacional. En marzo de 1963 el Presidente J F. Kennedy colocó una ofrenda floral en el Aeropuerto Internacional O’Hare en su honor.
Hoy nacerán en el mundo alrededor de 490.000 bebés y cada uno de ellos será único. Con sus propias esperanzas, sueños y deseos.
Toda esperanza individual que abrigues. Todo sueño que tengas. Todo deseo que cumplas, tiene un impacto mayor de lo que puedas imaginar. Somos una red interconectada. Los hilos que nos conectan no están sujetos ni al espacio ni al tiempo.
Lo que para el individuo es un giro del destino, desde otra perspectiva es, sencillamente, uno de esos hilos que se ha tensado: Como habría tenido que ser siempre.
Incluso cuando esos hilos aparecen irreparablemente gastados, nunca se rompen. No del todo.
A veces la conexión más importante está aquí. Y ahora. En tu historia personal. No pierdas el hilo.
Te abrazo.
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